Si estás leyendo esto porque tú o alguien cercano acaban de sufrir una herida en la cara, quiero que sepas algo desde el principio: sí es posible cerrar una herida profunda sin dejar una cicatriz visible, si se actúa a tiempo y con la técnica adecuada.
Soy la doctora Daniela Correa, cirujana plástica con experiencia en reconstrucción facial, y he atendido muchos casos como el que quizás estás enfrentando ahora. Hace poco, un niño llegó a urgencias con una herida abierta justo debajo del ojo, extendiéndose hacia el inicio de la nariz. Había sangre, angustia y una gran preocupación: ¿quedará una cicatriz? ¿Se podrá cerrar bien? ¿Quién debe atenderlo?
En situaciones como estas, no basta con solo “cerrar la herida”. La cara es una zona delicada donde cada milímetro cuenta. Como cirujana plástica, tengo una formación quirúrgica específica que me permite reparar el daño con el menor impacto estético posible. Lo que hacemos se llama reconstrucción facial, y puede marcar la diferencia entre una cicatriz evidente y una casi imperceptible.
Recuerdo claramente ese caso. Era un niño sufrido una herida abierta en una zona muy visible: justo debajo del ojo izquierdo, con una extensión hacia el dorso nasal, esa parte donde se une la nariz con la mejilla.
Cuando llegó, la herida estaba activa, sangrante y profunda. En estos casos, lo primero que evaluamos es si hay compromiso de estructuras profundas —músculo, cartílago, conductos lagrimales—, además de valorar el riesgo de una cicatriz notoria. La familia estaba preocupada, naturalmente, no solo por la integridad física del niño, sino por cómo podría afectarlo emocionalmente tener una marca permanente en el rostro.
En situaciones así, muchos servicios médicos pueden hacer un cierre básico. Pero el cierre básico no es suficiente en zonas visibles de la cara. Por eso me llamaron. Cuando hablamos de una reconstrucción facial, nos referimos a una intervención que respeta la anatomía, el diseño natural de la cara y la alineación de los tejidos.
La herida fue cerrada con precisión milimétrica, siguiendo las líneas naturales de expresión del rostro. Es ahí donde una buena técnica quirúrgica puede hacer una diferencia enorme. A los pocos días, la inflamación había bajado y ya era evidente que la cicatriz sería casi imperceptible.
Este tipo de intervención inmediata no solo evita una mala cicatrización, sino que también permite una recuperación más rápida y segura. Si estás atravesando una situación similar, lo más importante es actuar pronto y acudir al especialista adecuado. Porque saber cómo cerrar una herida profunda no es lo mismo que saber cómo hacerlo sin dejar una cicatriz visible.
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Cuando hay una herida en la cara, especialmente en zonas visibles como alrededor de los ojos, la nariz o los labios, no basta con “cerrarla bien”. El tipo de corte, su profundidad y la dirección de la herida determinan qué técnica es adecuada. Una intervención rápida puede salvar la integridad funcional de la zona, pero una técnica especializada puede evitar que esa herida se convierta en una cicatriz permanente.
Como cirujana plástica, me concentro en cerrar la herida de forma que se respete la anatomía facial y sus líneas naturales. El objetivo es reparar el daño haciendo que el resultado estético sea el mejor posible desde el primer momento.
Muchas personas llegan preocupadas preguntando si es posible curar una herida en la cara sin dejar cicatriz. La respuesta es que toda herida deja algún tipo de marca, pero cuando la sutura se realiza con técnica especializada, esa marca puede volverse casi invisible con el tiempo.
En este tipo de procedimientos podemos utilizar suturas intradérmicas o por planos, que no generan tensión en la piel, y materiales que se integran bien con los tejidos. Además, elegimos cuidadosamente la dirección del cierre, alineándolo con las llamadas líneas de Langer, que son las líneas naturales de tensión de la piel. Esto permite que la cicatriz sea mucho más discreta y estética.
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Cuando te preguntas cómo cerrar una herida profunda, especialmente en la cara, es muy importante saber que no cualquier profesional está capacitado para hacerlo con un enfoque reconstructivo. En un servicio de urgencias, la prioridad es estabilizar al paciente, detener el sangrado y prevenir infecciones. Pero si la herida es profunda o está en una zona delicada, lo ideal es que intervenga una cirujana plástica desde el principio.
Somos las especialistas que valoramos la función muscular, la simetría y el resultado estético a largo plazo. En casos como el del niño que atendí, esto puede marcar la diferencia entre una cicatriz visible de por vida y una reconstrucción que preserve tanto la forma como la confianza.
Cuando ocurre un accidente y hay una herida facial, el primer paso suele ser acudir a un servicio de urgencias. En muchos casos, el personal de guardia puede realizar un cierre simple. Pero no todas las heridas son iguales. Algunas requieren mucho más que puntos: requieren una intervención reconstructiva especializada.
Una parte importante de mi trabajo consiste en realizar reconstrucciones faciales, especialmente en pacientes que han sufrido heridas, accidentes o intervenciones quirúrgicas que afectan el rostro. A diferencia de los tratamientos puramente estéticos, la reconstrucción facial tiene como objetivo restaurar tanto la forma como la función del rostro.
En esta sección quiero contarte exactamente en qué consiste esta cirugía, cómo se realiza y en qué casos puede ser necesaria.
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La reconstrucción facial es una subespecialidad de la cirugía plástica que se enfoca en reparar defectos causados por traumatismos, cirugías oncológicas, malformaciones o lesiones agudas como heridas profundas. Nuestro objetivo es devolverle al rostro su forma natural, su expresión y su funcionalidad.
Se trata de una cirugía que combina conocimientos anatómicos, técnicos y estéticos. En muchos casos, es lo que permite que un paciente vuelva a hablar, sonreír o mirar sin limitaciones ni dolor… y sin una cicatriz que lo acompañe toda la vida.
Hay varias situaciones en las que una reconstrucción facial es necesaria. Estas son las más comunes:
En todos estos casos, la intervención no busca embellecer, sino recomponer el rostro en lo funcional y lo estético.
El enfoque quirúrgico depende del tipo de lesión, pero hay algunos principios comunes que aplico en cada intervención:
Antes de intervenir, estudio la profundidad, la ubicación y la estructura comprometida. No es lo mismo una herida en la mejilla que una en el párpado inferior.
Cada zona del rostro tiene características y movimientos distintos.
Utilizo técnicas de sutura por planos, que consisten en reconstruir cada capa de tejido —desde el fondo hasta la superficie— respetando su función y tensiones naturales. Esto permite un resultado más natural y duradero.
Si el accidente alteró el volumen o la forma del rostro, hago pequeñas maniobras de redistribución de tejidos o incluso injertos (cuando es necesario), para recuperar la armonía facial.
Uno de mis objetivos siempre es que la cicatriz quede alineada con pliegues naturales del rostro o escondida en zonas estratégicas. Cuando esto se hace bien desde el inicio, muchas veces la marca final es imperceptible.
Los resultados dependen de varios factores: el tipo de lesión, el momento en que se interviene, la edad del paciente y la respuesta individual a la cicatrización. Pero en general, mis pacientes logran:
La reconstrucción facial no borra lo que pasó, pero sí ayuda a que no quede grabado en el rostro para siempre.
Después de vivir una situación de emergencia facial —ya sea una caída, un accidente doméstico o un golpe durante el juego—, muchas personas buscan una sola cosa: que esa herida no deje una cicatriz visible. Sé que eso no depende de un solo factor, sino de una serie de decisiones que se deben tomar desde el primer momento.
Aquí te comparto las acciones más importantes que recomiendo a mis pacientes para lograr un resultado estético óptimo:
Esta es la recomendación más importante. No todas las heridas necesitan cirugía reconstructiva, pero si la lesión es en la cara, y es profunda o irregular, la intervención de una cirujana puede marcar la diferencia.
Estamos entrenadas para cerrar con precisión milimétrica, respetar los contornos naturales del rostro y minimizar el riesgo de una cicatriz evidente. A veces, actuar en las primeras horas evita tratamientos correctivos futuros.
El tiempo también importa. Aunque el cuerpo empieza a sanar solo, una herida facial mal cerrada puede cicatrizar de forma inadecuada. Si ya pasaste por urgencias y no estás segura del cierre que se hizo, consulta de inmediato con un especialista.
El cierre es solo el primer paso. Para curar una herida en la cara sin dejar cicatriz, también es clave:
Mantener la zona limpia y seca
No exponerla al sol (usar protector solar una vez cerrada)
Evitar movimientos bruscos si hay puntos
Seguir las indicaciones sobre cremas, masajes o láminas de silicona
Una cicatriz que se vuelve gruesa, roja, elevada o dolorosa no está evolucionando como debería. En esos casos, existen tratamientos como infiltraciones, revisiones quirúrgicas o tecnologías dermatológicas que pueden ayudar, pero cuanto antes se actúe, mejores serán los resultados.
Es muy común que en internet se recomienden productos naturales o ungüentos caseros. Pero no todos son seguros para la piel facial, y algunos incluso pueden mancharla o irritarla. Siempre consulta antes de aplicar cualquier sustancia.
Si tienes una herida reciente en el rostro, especialmente en una zona visible o delicada, recuerda que la forma en que se cierre es clave.
Cuando llega un paciente con una herida profunda en la cara, mi trabajo va mucho más allá de “poner puntos”. Cerrar este tipo de lesiones implica una valoración cuidadosa y una ejecución quirúrgica precisa para evitar infecciones, preservar la función y, sobre todo, reducir al máximo el riesgo de una cicatriz visible.
Te explico cómo lo hago:
Muchas heridas que parecen superficiales pueden comprometer capas más profundas: músculo, tejido graso, nervios, cartílago o conductos, especialmente si la lesión está cerca de los ojos, la boca o la nariz.
Mi primera tarea es limpiar bien la zona, evaluar el daño en todos los planos y comprobar si hay estructuras internas comprometidas. Esa evaluación define el tipo de cierre que necesito hacer.
Cuando una herida es profunda, cerrarla solo por fuera puede generar tensión en la piel, lo que favorece una cicatriz ancha o abultada. Por eso aplico una técnica llamada cierre por planos, que consiste en suturar cada capa anatómica (tejido subcutáneo, dermis y luego la epidermis) con distintos tipos de hilo.
Este tipo de cierre reduce la tensión en la piel superficial y mejora radicalmente el resultado estético.
En la piel del rostro, utilizo hilos muy finos que se integran bien con los tejidos y, en muchos casos, ni siquiera necesitan ser retirados. En niños o zonas sensibles como párpados o labios, prefiero hilos absorbibles que no generan molestias.
Además, el patrón de la sutura importa: una sutura continua intradérmica, por ejemplo, deja una línea apenas perceptible y evita las marcas punteadas que se ven cuando se usan puntos externos tradicionales.
Las llamadas líneas de Langer son las direcciones naturales de tensión en la piel. Siempre que es posible, alineo el cierre con esas líneas para que la cicatriz se disimule dentro de los pliegues naturales del rostro. Es una decisión estratégica que puede parecer mínima, pero tiene un gran impacto en el resultado final.
Cerrar una herida profunda correctamente es solo el comienzo. Luego hago un seguimiento para asegurarme de que:
Se indique a tiempo el uso de tratamientos complementarios (siliconas, masajes, protección solar, láminas, etc.)
Una herida profunda necesita más que una solución rápida. Necesita precisión, conocimiento anatómico y visión estética. Eso es lo que aplico en cada caso, porque sé que la cara no solo debe sanar… debe sanar bien y sin dejar huellas.
Si tú o alguien cercano sufrió una herida en el rostro y te preocupa que quede una cicatriz visible, te invito a que no esperes. El momento del cierre es clave. Mientras más pronto actúe un especialista, mejores son las posibilidades de lograr un resultado estético favorable.
Como cirujana plástica, mi objetivo no es solo reparar el daño, sino hacerlo con precisión técnica y sensibilidad estética. Realizo cierres estéticos de heridas faciales en Medellín, tanto en niños como en adultos, utilizando técnicas avanzadas que reducen al máximo la visibilidad de las cicatrices.
Muchas veces me llaman cuando la herida ya fue cerrada y la cicatriz está formándose mal. Y aunque hay formas de corregir, nada reemplaza una buena intervención desde el inicio. Si estás ante una urgencia, puedes contactarme para recibir atención prioritaria.
Ofrezco valoración y manejo inmediato en casos de:
No tienes que esperar a ver cómo cicatriza. Estoy para ayudarte desde el primer momento, con un enfoque que prioriza tanto la salud como la apariencia.
Puedes contactarme directamente apenas ocurra la emergencia.
No necesariamente. Todas las heridas generan algún tipo de cicatriz, pero con un cierre quirúrgico bien realizado y cuidados posteriores adecuados, la cicatriz puede llegar a ser casi imperceptible. Factores como edad, tipo de piel, genética, localización y técnica de cierre influyen en el resultado final.
Generalmente, una vez que la herida ha cerrado completamente y no hay costras (alrededor de 10 a 14 días), se puede comenzar con cremas cicatrizantes o láminas de silicona, según la indicación médica. La protección solar también es clave durante al menos 6 meses para evitar pigmentación en la cicatriz.
Sí. En general, los niños cicatrizan más rápido y con menor riesgo de cicatrices hipertróficas. Sin embargo, sus heridas también son más propensas a abrirse si no se siguen bien los cuidados. Además, una mala cicatrización en la infancia puede acompañarlos toda la vida, por eso es fundamental un cierre cuidadoso desde el inicio.
El costo depende del tipo de herida, la complejidad del procedimiento, si es una urgencia o una corrección diferida, y si se realiza en consultorio, clínica o quirófano. En muchos casos, los seguros de salud cubren la atención si la herida es producto de un accidente. Es importante consultar para una evaluación individualizada.
Sí. Aunque el mejor momento es siempre al inicio, existen cirugías y tratamientos correctivos que pueden mejorar una cicatriz antigua, incluso si pasaron meses o años. Se pueden usar técnicas quirúrgicas de revisión, láser, microinyecciones o combinaciones según el caso.
Sí, y mucho. La exposición al sol sin protección puede oscurecer una cicatriz y volverla más notoria, especialmente en personas con piel morena o propensa a hiperpigmentación. Es esencial usar protector solar FPS 50+ sobre la cicatriz (una vez cerrada) durante al menos 6 meses, incluso en días nublados.
Durante los primeros 48 a 72 horas, lo ideal es mantener la zona seca. Luego, dependiendo del tipo de cierre y de la indicación médica, se puede permitir una higiene suave con agua y jabón neutro, sin frotar. Siempre es importante secar bien sin arrastrar la herida.
Signos de alerta incluyen:
Enrojecimiento creciente alrededor de la herida
Dolor punzante o latente
Inflamación que no baja
Supuración amarillenta o con mal olor
Fiebre o malestar general
Ante cualquier síntoma, se debe consultar de inmediato para evitar complicaciones que afecten la cicatrización.
No todas las heridas necesitan sutura, pero si la herida es profunda, está en una zona con movimiento o presenta bordes separados, lo más recomendable es cerrarla quirúrgicamente. Esto ayuda a que cicatrice más rápido, de forma controlada y con menor riesgo de una cicatriz visible o deformante.
Aunque algunos productos naturales tienen propiedades antiinflamatorias, no todos son seguros en una herida reciente. Pueden irritar, infectar o pigmentar la piel. Solo debes aplicar lo que te indique tu médico. Existen productos dermatológicos específicos para cicatrices que tienen evidencia científica y son mucho más seguros.
Nunca es “demasiado tarde”, pero cuanto antes se actúe, mejores serán los resultados. Incluso años después, se pueden hacer cirugías de revisión o tratamientos dermatológicos avanzados, como láser fraccionado, dermoabrasión, subcisión o rellenos, dependiendo del tipo y ubicación de la cicatriz.
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Dra. Daniela Correa Cirujana Plástico Medellín © 2022
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