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¿Has pensado retirar tus implantes, pero no lo haces porque no sabes cómo vas a quedar? Tomar la decisión de retirar los implantes mamarios puede despertar muchas preguntas. Una de las más comunes es cómo queda el pecho después de retirar implantes. La respuesta no es única, porque cada cuerpo tiene una historia distinta: tipo de piel, tiempo con los implantes, volumen original, cambios físicos a lo largo de los años…
En este blog quiero explicarte, con claridad y sin rodeos, qué sucede con el pecho después del retiro, qué opciones existen para mejorar el resultado y cómo abordo este tipo de procedimientos en mi práctica. Si estás en este proceso de informarte, bienvenida. Estás en el lugar correcto.
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En la mayoría de los casos, esta es una decisión que nace del deseo personal de la paciente, no de una indicación médica. Algunas llevan muchos años con implantes y sienten que ya cumplieron su propósito. Otras simplemente ya no se identifican con la imagen que proyectan. Lo cierto es que, cada vez más, esta elección tiene que ver con una transformación interior más que con un problema físico.
El motivo más frecuente es el deseo de una apariencia más natural. Hay pacientes que me dicen: “Quiero verme como soy, sin volumen extra”. No es que haya un rechazo hacia los implantes, sino una preferencia por lo simple, por lo propio.
También puede existir insatisfacción con la forma o el tamaño actual. A veces, el resultado con el que antes se sentían cómodas ya no se ajusta a cómo se sienten hoy.
He tenido pacientes que, al comenzar una rutina física más exigente o practicar deportes de impacto, sienten que los implantes les restan libertad de movimiento o les resultan incómodos. Otras veces, el cambio viene acompañado de un enfoque más consciente del cuerpo y la salud, y los implantes dejan de sentirse coherentes con esa visión.
No todas las decisiones son visibles desde fuera. Hay mujeres que simplemente ya no se ven a sí mismas con implantes. Me dicen que han cambiado, que ya no sienten que los necesiten. Esa sensación interna es válida y suficiente para tomar acción.
La estética también evoluciona. Lo que en algún momento fue un ideal puede cambiar con el tiempo. Las pacientes notan esa transformación en su entorno, en su forma de vestir, en su autopercepción. Adaptarse a esa nueva etapa es parte de un proceso natural.
A menudo, la decisión de retirar los implantes también se relaciona con aspectos propios del propio material y de su evolución en el cuerpo. Aquí te explico algunos de los factores más comunes:
Con el paso del tiempo, los implantes pueden sufrir cambios en su estructura y consistencia. Este envejecimiento natural puede llevar a que pierdan parte de su funcionalidad o aspecto original, motivando a algunas pacientes a considerar su retiro.
Algunos implantes requieren ser reemplazados o revisados a lo largo de los años. Muchas de mis pacientes optan por evitar la incertidumbre y el riesgo de intervenciones adicionales, eligiendo el retiro definitivo para simplificar su recorrido estético.
No todas las cirugías alcanzan los resultados esperados. Si los implantes no han logrado armonizar con la figura o han generado un resultado que no satisface las expectativas, el retiro se convierte en una alternativa para buscar una apariencia que se ajuste mejor a la imagen personal.
Los avances en la técnica y en los materiales han sido significativos. Los implantes colocados en décadas anteriores, que en su momento fueron la opción ideal, hoy pueden no cumplir con las exigencias estéticas o de seguridad que se esperan. Esta diferencia temporal es uno de los motivos por los que algunas mujeres deciden retirarlos.
Aunque no es lo más común, hay situaciones en las que el retiro de implantes mamarios se recomienda por razones médicas. En estos casos, es fundamental una valoración adecuada para tomar decisiones informadas y seguras.
La contractura capsular ocurre cuando el cuerpo forma una cápsula alrededor del implante que se vuelve anormalmente dura o dolorosa. También pueden presentarse roturas del implante o acumulaciones de líquido conocidas como seromas. Estas condiciones pueden alterar tanto la estética como la comodidad de la paciente, y en algunos casos, hacen necesario el retiro.
Aunque poco frecuentes, las infecciones alrededor del implante o reacciones inflamatorias persistentes pueden poner en riesgo la salud general o el resultado estético. En estos casos, el retiro del implante puede ser parte del tratamiento para resolver el cuadro clínico.
Algunas pacientes refieren síntomas sistémicos inespecíficos —como fatiga, dolores articulares o niebla mental— que asocian con sus implantes. Esto se conoce como enfermedad relacionada con los implantes mamarios (BII, por sus siglas en inglés). Si bien no hay un consenso médico definitivo, cuando estos síntomas afectan la calidad de vida, el retiro puede ser una opción a considerar.
Este es un tipo muy raro de linfoma que se ha asociado a ciertos implantes con superficie texturizada. La incidencia es extremadamente baja, pero algunas pacientes, al conocer esta información, deciden retirarlos por tranquilidad. Cuando existe sospecha, el seguimiento debe ser cuidadoso y personalizado.
El dolor mamario crónico, sin una causa clara, o las dificultades para interpretar mamografías o resonancias, pueden llevar a algunas pacientes a considerar la explantación como una forma de evitar molestias o facilitar el seguimiento médico.
El retiro de implantes es una cirugía que requiere una valoración detallada y una planificación muy precisa. Cada paciente llega con una historia diferente: tipo de implante, tiempo de uso, condiciones de la piel, entre otros factores. Aquí te explico cómo es el proceso, paso a paso.
Todo comienza con una conversación. En la consulta inicial reviso el estado general de los senos, escucho los motivos de la paciente y evaluamos las expectativas que tiene sobre el resultado. También explico con total claridad lo que se puede lograr y si se requiere algún procedimiento complementario.
Antes de la cirugía es importante hacer una evaluación anatómica detallada. Esto incluye revisar el estado del implante, la cápsula que lo rodea y el tejido mamario. En algunos casos también solicito exámenes de imagen (como ecografía o resonancia) y pruebas de laboratorio para asegurar que todo esté en orden antes de entrar a cirugía.
El procedimiento se realiza bajo anestesia general. En la mayoría de los casos, utilizo la misma cicatriz que se usó para colocar los implantes, ya sea por el surco submamario o la areola. Esto permite evitar nuevas marcas y facilita el acceso al plano donde se encuentra el implante.
Una vez se accede al implante, procedo a retirarlo cuidadosamente. Dependiendo del caso, también puede ser necesario retirar la cápsula que lo rodea. Esto se puede hacer de forma parcial o total (en bloque), según las condiciones clínicas y los hallazgos intraoperatorios. Cada decisión se toma pensando en la seguridad de la paciente y en lograr el mejor resultado posible.
En algunos casos coloco drenajes para evitar acumulación de líquidos durante los primeros días. Estos se retiran en consulta una vez haya disminuido la producción. La cirugía suele durar entre una y dos horas, y casi siempre es ambulatoria. Es decir, la paciente puede regresar a casa el mismo día, después de un tiempo de observación.
Conoce aquí los Tamaños de Implantes de Senos: ¿Cómo elegir el más adecuado?
Retirarte los implantes no significa renunciar a una estética bonita. Existen opciones para recuperar armonía y naturalidad.
En los primeros días, lo más común es notar inflamación, pequeños hematomas y algo de molestia en la zona. Todo esto es parte del proceso normal de recuperación. También es posible sentir una sensación de vacío, sobre todo si los implantes eran grandes o llevaban mucho tiempo colocados. A esta etapa la acompaño muy de cerca con controles postoperatorios y manejo adecuado del dolor.
A medida que pasan las semanas, el cuerpo empieza a adaptarse a la nueva forma. La piel puede mostrar cierta flacidez, especialmente si estuvo muy estirada. El volumen mamario disminuye, y en algunos casos se nota una pérdida de proyección. Sin embargo, muchas pacientes me cuentan que, incluso con esos cambios, se sienten más ligeras y en armonía con su cuerpo.
El resultado definitivo depende de múltiples factores: el tamaño del implante previo, la elasticidad natural de la piel, la edad, el peso corporal, los embarazos, la lactancia y el tiempo que los implantes estuvieron en el cuerpo. Hay pacientes cuya piel se retrae muy bien por sí sola, y otras que requieren una cirugía complementaria para lograr una forma más estética. Todo esto lo analizamos juntas desde la primera consulta, para tomar decisiones realistas y bien informadas.
Después de retirar los implantes, el pecho cambia, y esos cambios no siempre requieren una intervención adicional. Sin embargo, cuando la paciente desea mejorar la forma, elevar el tejido o recuperar algo de volumen, existen varias alternativas que evaluamos juntas en consulta, según las necesidades y expectativas de cada caso.
En muchos casos, recomiendo simplemente dar tiempo. La piel tiene una capacidad natural de retraerse, especialmente cuando los implantes no eran grandes o no llevaban muchos años colocados. En estas pacientes, es posible lograr una forma armónica sin necesidad de cirugías adicionales. Observar cómo responde el cuerpo en los primeros meses puede ser la mejor estrategia.
Cuando hay flacidez evidente o el tejido ha descendido tras el retiro del implante, la mastopexia es una excelente opción. Este procedimiento permite reposicionar el pecho, eliminar el exceso de piel y darle una forma más firme. Existen distintos tipos de incisiones, y siempre planeamos la técnica buscando el mejor resultado estético con la menor cicatriz posible.
El injerto de grasa, o lipofilling, consiste en extraer grasa de otra zona del cuerpo (como abdomen o muslos) y transferirla al pecho. Es una alternativa natural para recuperar volumen moderado y mejorar el contorno sin usar prótesis. No solo ayuda a suavizar la forma, sino que también aporta beneficios en la textura de la piel gracias a las células regenerativas de la grasa.
En algunos casos, la mejor opción es combinar ambas técnicas: levantamiento y lipofilling. Esto permite reposicionar el tejido y, al mismo tiempo, rellenar áreas que hayan quedado deprimidas o sin proyección. Es una alternativa que da resultados muy naturales y personalizados, ideal para quienes buscan un pecho armónico sin volver a usar implantes.
Sí, es totalmente posible. De hecho, muchas de mis pacientes eligen hacer un retiro definitivo, sin intención de volver a colocarse implantes en el futuro. Para algunas, es una forma de cerrar un ciclo. Para otras, simplemente se sienten más cómodas con su cuerpo al natural.
Aunque es una decisión válida, siempre recomiendo tomarse el tiempo necesario para pensarla bien.
No hay problema. Retirar los implantes ahora no significa que en el futuro no puedas considerar otras opciones. Algunas pacientes, después de un tiempo, optan por un injerto de grasa o incluso por volver a usar implantes más pequeños y naturales. La decisión es tuya, y lo más importante es que se base en lo que deseas en ese momento de tu vida.
La recuperación es una etapa que acompaño muy de cerca. Saber qué esperar en cada fase del proceso ayuda a reducir la ansiedad y permite que cada paciente se prepare mejor. Aunque la evolución puede variar ligeramente de una persona a otra, hay patrones comunes que se repiten y que te explico a continuación, divididos en tiempos clave.
Fase | ¿Qué puedes esperar? | Cuidados recomendados |
---|---|---|
Inmediata (primeros 5-7 días) | Sensación de tirantez, hinchazón leve, posible presencia de drenajes. Dolor manejable con medicación. | Reposo relativo, uso de sujetador quirúrgico, dormir boca arriba, tomar los medicamentos según indicación. |
Primeras 2-4 semanas | Disminuyen la inflamación y las molestias. Comienza la adaptación del pecho sin el implante. | Mantener el sujetador de soporte, evitar levantar peso, limitar el ejercicio físico. Retiro de puntos o drenajes si se usaron. |
Mediano plazo (1-3 meses) | La forma del pecho comienza a definirse. Puede haber zonas más blandas o retraídas según el caso. | Se puede retomar progresivamente la actividad física. Importante seguir controles postoperatorios. Hidratar la piel y cuidar las cicatrices. |
Largo plazo (3-6 meses y en adelante) | El pecho alcanza una apariencia más estable. Las cicatrices comienzan a madurar. | En algunos casos, se decide si es necesario realizar un procedimiento complementario (mastopexia o lipofilling). Cuidado continuo de la piel y seguimiento médico. |
Cada cuerpo tiene su propio proceso de transformación, y por eso, más que hablar de resultados “perfectos”, me gusta hablar de resultados reales. A continuación encontrarás una selección de casos de pacientes que han pasado por la cirugía de retiro de implantes mamarios conmigo.
Estas imágenes han sido compartidas con el consentimiento informado de cada mujer, con el propósito de brindar una visión clara, honesta y sin filtros del proceso. Aquí podrás ver cómo cambia el pecho en distintos contextos: con diferentes tipos de piel, tamaños de implantes, edades y condiciones anatómicas.
Si estás considerando esta decisión, ver estos casos puede ayudarte a tener expectativas más realistas y a visualizar lo que es posible en tu propio proceso.
Aunque la mayoría de las pacientes se retiran los implantes por decisión personal, hay situaciones en las que médicamente se recomienda hacer una explantación. Esto puede ocurrir cuando hay contractura capsular severa (una respuesta del cuerpo que endurece el implante y causa dolor o deformidad), ruptura del implante, presencia de líquido (seromas), infecciones, dolor persistente sin causa clara o síntomas compatibles con enfermedad relacionada a los implantes (BII). También se considera necesaria si existe sospecha de linfoma anaplásico de células grandes (BIA-ALCL), un tipo muy raro de cáncer asociado a ciertos implantes. En estos casos, la intervención no es opcional, sino una parte esencial del tratamiento y del cuidado de tu salud.
En los últimos años, algunas mujeres han comenzado a reportar síntomas físicos y emocionales que asocian con sus implantes mamarios. Fatiga persistente, dolores articulares o musculares, problemas de concentración, ansiedad o incluso alteraciones dermatológicas forman parte de lo que hoy se conoce como Enfermedad Asociada a Implantes Mamarios (EAI), vinculada a un diagnóstico más amplio y aún controversial: el Síndrome de ASIA (Síndrome Autoinmune Inducido por Adyuvantes).
Aunque esta condición no ha sido reconocida oficialmente por organismos como la FDA, varias pacientes afirman experimentar una mejoría significativa tras el retiro de sus implantes, incluso sin evidencia médica concluyente. En una revisión sistemática publicada recientemente, se encontró que algunas mujeres reportan una disminución de los síntomas luego de la explantación, con o sin capsulectomía, y que esta mejoría puede mantenerse entre 1 mes y hasta 3.5 años, aunque en muchos casos es temporal (Mosquera-Romero et al., 2024).
Aunque la mayoría de las pacientes se retiran los implantes por decisión personal, hay situaciones en las que médicamente se recomienda hacer una explantación. Esto puede ocurrir cuando hay contractura capsular severa (una respuesta del cuerpo que endurece el implante y causa dolor o deformidad), ruptura del implante, presencia de líquido (seromas), infecciones, dolor persistente sin causa clara o síntomas compatibles con enfermedad relacionada a los implantes (BII). También se considera necesaria si existe sospecha de linfoma anaplásico de células grandes (BIA-ALCL), un tipo muy raro de cáncer asociado a ciertos implantes. En estos casos, la intervención no es opcional, sino una parte esencial del tratamiento y del cuidado de tu salud.
Soy la Dra. Daniela Correa, cirujana plástica y reconstructiva, egresada de la Universidad de Antioquia y miembro activo de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica. Me especializo en procedimientos que van mucho más allá de lo estético: busco resultados armónicos, pero también decisiones informadas, seguras y alineadas con lo que cada mujer realmente necesita.
El retiro de implantes mamarios es un procedimiento que requiere sensibilidad, conocimiento técnico y una visión clara de los cambios físicos y emocionales que lo acompañan. Con los años, he acompañado a muchas pacientes en este proceso, escuchando sus razones y adaptando cada cirugía a su historia corporal.
Si estás pensando en retirarte los implantes, aquí encontrarás un espacio donde serás escuchada, donde cuidaremos tu salud y trabajaremos juntas por un resultado que se sienta bien, por dentro y por fuera.
Si quieres hablar directamente conmigo sobre tu caso, resolver tus dudas y explorar las opciones que mejor se adapten a tu cuerpo y a tu momento de vida, te invito a agendar una consulta.
En nuestra cita, hablaremos con calma sobre lo que esperas, revisaré tu historia médica y trazaremos juntas el camino más adecuado para ti.
Tu bienestar es mi prioridad. Estoy aquí para ayudarte a tomar esta decisión con información, acompañamiento y toda la experiencia que he construido con los años.
En muchos casos, el pecho se retrae naturalmente con el tiempo, especialmente si los implantes eran pequeños y la piel conserva buena elasticidad. Sin embargo, puede haber flacidez o pérdida de proyección, lo cual no siempre representa un problema estético si la paciente está alineada con un resultado más natural.
Cuando los implantes han estado en el cuerpo por mucho tiempo, es más probable que la piel se haya estirado y el tejido mamario se haya adelgazado, lo que puede generar mayor flacidez o una apariencia más “vacía” al retirarlos. Aun así, hay opciones para mejorar el resultado si así lo deseas.
Los implantes de gran tamaño suelen generar más distensión en la piel y el tejido. Al retirarlos, es común que el pecho pierda firmeza o se vea caído, pero existen procedimientos como la mastopexia o el injerto de grasa que pueden ayudar a restaurar forma y armonía.
En mujeres con poco tejido mamario natural, el pecho puede lucir plano o con menos volumen después de retirar los implantes. En estos casos, es posible considerar un injerto de grasa para lograr una forma más suave y femenina sin necesidad de prótesis.
Cuando se realiza una mastopexia (levantamiento de senos) junto al retiro de implantes, el resultado suele ser más firme, elevado y estéticamente armónico. Esta combinación ayuda a corregir la flacidez y reposicionar el tejido mamario de forma natural.
El injerto de grasa permite recuperar volumen de forma natural, sin recurrir a nuevas prótesis. El resultado es un pecho más suave, con curvas sutiles, ideal para quienes buscan una alternativa menos invasiva y duradera.
En estos casos, el tejido puede estar más alterado o retraído, lo que puede afectar la forma final del pecho. Sin embargo, con una planificación adecuada y, si es necesario, procedimientos complementarios, es posible obtener resultados satisfactorios y seguros.
La técnica de retiro en bloque implica extraer el implante junto con la cápsula que lo rodea. Aunque puede dejar un poco más de espacio vacío inicialmente, el pecho se adapta con el tiempo y, si hace falta, puede complementarse con procedimientos de reconstrucción o volumen.
El pecho puede presentar mayor laxitud o cambios en el volumen por efecto de los embarazos y la lactancia previos. Esto puede acentuarse tras la explantación, pero también es posible corregirlo con cirugía complementaria si así lo deseas.
Es común pensar que el pecho volverá a verse exactamente como antes, pero no siempre es así. El tejido ha cambiado con el tiempo, la piel puede haber cedido y la forma puede ser distinta. Sin embargo, muchas pacientes logran un resultado armónico y satisfactorio, incluso sin intervenciones adicionales.
Mosquera-Romero, M. C., Vásquez-Urrutia, V. I., Santos-Ardila, L., & Sánchez-Vargas, M. (2024). Tratamiento del Síndrome de ASIA asociado a implantes mamarios, ¿mito o realidad? Revisión sistemática. Cirugía Plástica Ibero-Latinoamericana, 50(3). https://dx.doi.org/10.4321/s0376-78922024000300007
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